Una funda, también llamada corona dental, es una prótesis fija que se coloca encima de los dientes, con la intención de corregir estéticamente su aspecto y/o forma. Las fundas dentales sirven también para proteger dientes que han quedado debilitados ya sea por una endodoncia, una caries grave, etc.
Las fundas dentales más habituales son las de metal-cerámica aunque nosotros recomendamos las de zirconio (cerámica sin metal) por ser más estéticas y biocompatibles.
¿EN QUÉ SITUACIONES RECOMENDAMOS UNA FUNDA DENTAL?
La parte del diente que sobresale de la encía es la que está recubierta por esmalte dental y es la que se suele fracturar o tener caries. Cuando esta parte del diente está dañada, cabe la posibilidad de recubrirla o sustituirla con una funda o corona dental nueva. Las coronas o fundas dentales recubren el diente en su totalidad y están pensadas para cuando los dientes están muy deteriorados, con grandes obturaciones (empastes), fracturados, dientes desgastados que han perdido mucha volumen o dientes endodonciados.
Las fundas o coronas dentales, aparte de cumplir una función de protección del diente y estética, también nos va a permitir que mastiquemos adecuadamente. Es decir, también tiene un objetivo funcional.
Antiguamente se hacían con un núcleo de metal y recubrimiento de porcelana, pero actualmente con la digitalización de algunos procesos dentales, nos permiten hacer las coronas de zirconia (cerámica sin metal), que es un tipo de material estético con las propiedades del metal, pero 100% biocompatible. La gran diferencia es que es más resistente que el propio diente y eso nos permite a los dentistas hacer trabajos sobre dientes con una predictibilidad funcional y estética a largo plazo muy buena.
Consulta a nuestro equipo de especialistas cuál es la mejor opción para ti.